Las plantas son el resultado milagroso de la expresión biológica de las semillas que la naturaleza, por efecto del calor, la humedad y el oxígeno, sabiamente usa para multiplicarse y perpetuarse. El hogar de las semillas es el suelo y éste a su vez es el espacio vital en el que las raíces de las plantas se anclan para desarrollarse y asegurar con sus cosechas el alimento diario de la humanidad.
Las plantas son afuera, lo que el suelo es adentro! La espléndida copa de un árbol formado por ramas, hojas y frutos, posee una correlación directa con el sistema igualmente extenso y maravilloso de su sistema radicular, cuya vigorosidad en las profundidades de la tierra como en el follaje del cielo, depende de la fertilidad producida por la vida del suelo. A su vez, el suelo necesita de las plantas para autoprotegerse y mantener la fertilidad natural. Es un eterno nacer, crecer y morir el que la naturaleza cíclicamente repite para multiplicarse, perpetuarse y formar ecosistemas estables.
Los materiales orgánicos de origen vegetal y animal, tales como los restos de los cultivos cosechados, los abonos verdes intercalados o asociados en medio del cultivo principal, la hojarasca, el arrope vegetal, al igual que los estiércoles, purines y demás residuos ani- males, constituyen la mayor fuente de seguridad alimentaria del suelo y de la planta.