Para desarrollarse, las plantas necesitan de un suelo fértil, y a su vez, el suelo necesita de las plantas para autoprotegerse y mantener la fertilidad natural. Es un eterno nacer, crecer y morir, en el que la naturaleza cíclicamente repite, para multiplicarse, perpetuarse y formar ecosistemas estables. Los materiales orgánicos de origen vegetal y animal, tales como los restos de los cultivos cosechados, los abonos verdes intercalados o asociados en medio del cultivo principal, la hojarasca, el arrope vegetal, al igual que los estiércoles, purines, bioles y demás residuos animales, constituyen la mayor fuente de seguridad alimentaria para el suelo y la planta. Cada vez más, en la agricultura sostenible del trópico y subtrópico, reviste una crucial importancia biológica y económica, el cultivo de abonos verdes, como de sistemas agroforestales, con el propósito de aumentar la fertilidad del suelo, mantener el equilibrio ambiental y mejorar la calidad, diversidad y producción permanente de alimentos.
Quienes participan de los eventos de capacitación prácticos visitan cada uno de los escenarios productivos, en donde se aprecia la diversificación agrícola, los estratos bajo, medio y alto que conforman los sistemas agroforestales, así como la presencia del árbol en medio de los potreros, frutales y huertos. Además, aprenden a elaborar abonos orgánicos sólidos y líquidos, a sembrar semillas y plántulas, y a colocarles el arrope vegetal. De igual manera establecen núcleos forestales, combinan la siembra de plantas medicinales con el huerto vegetal y otras medidas protectoras del suelo.