La industria familiar es la transformación de la materia prima vegetal y animal, representadas en forma de granos, tubérculos, verduras, frutas, leche y carnes, en productos como harinas, almidones, almíbares, encurtidos, jugos, vinos, manjares, mermeladas, yogures, arequipes, quesos y embutidos. Por su parte, las plantas medicinales se procesan en hojas deshidratadas para infusiones, jabones, pomadas, tinturas, aceites, champús y cremas. A partir de este procesamiento y posterior comercialización, llega la generación de empleo, el valor agregado, el control del mercado, la mejora económica y la soberanía alimentaria.

Los equipos utilizados para estos procesos de transformación son pequeños, fáciles de operar, adaptados al lugar y accesibles a la gente, entre ellos se encuentran el deshidratador solar, donde se secan las plantas medicinales, yuca, plátano y harinas; la estufa de leña para el asado de carnes, horneado de panes y tortas; el trapiche para la molienda de la caña de azúcar en mieles, cachaza para los animales y bagazo como material combustible y orgánico; la rueda Pelton para el bombeo del agua del nacedero al estanque de distribución y el laboratorio para procesar frutas, granos, tubérculos, verduras y plantas medicinales. Como efecto de los talleres prácticos se espera que cada participante empiece a construir su propia empresa y a administrar mejor sus propios recursos. Que se optimice al máximo el espacio disponible y la transformación de sus productos se haga con higiene, calidad y excelente presentación, para asegurar la oferta de comida sana tanto propia como para el mercado.